María Sanchez

jueves, 21 de octubre de 2010

DESAPARECER

La verdad vacía 
es dulce como la soledad, 
atrae a miles 
sin preguntar 

tus ojos se cruzan con los míos 
y marchitos dejaron una herida 
mirando el escombro y cenizas 
caídas en la ventisca 

Desastre. 
Destino. 
Lamentable lágrima que calló 
cuando vió a la otra partir. 

Ésto llega. 
Una ducha se lleva las lagrimitas. 

Quiero ir al desierto contigo 
y desaparecer por un rato

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